viernes, 10 de noviembre de 2017

LA DISTRIBUCIÓN DEL ALUMNADO EN EL AULA


La gestión del espacio educativo debe tener el fin de maximizar las posibilidades del alumnado.

El educador británico David Thornburg propone cuatro maneras de distribuir el espacio para facilitar los procesos de enseñanza-aprendizaje:

  • La "hoguera de campamento" (campfire), en la que el alumnado centra su foco de atención en una voz de referencia a la que se escucha y de la que se aprende.
  • El "abrevadero" (watering hole), donde el aprendizaje se produce en interacción entre iguales, debatiendo y dialogando en pequeños grupos.
  • La "cueva" (cave), un área para estar solo y para reflexionar o trabajar de forma independiente, sin interrupción o distracción de los demás.
  • La "vida" (life), un entorno en el que se favorece que el alumnado encuentre el modo de aplicar de manera práctica y real los conocimientos adquiridos y, de esta manera, comprobar de lo que es capaz y qué ha aprendido.
"El equilibrio en la combinación de estas cuatro propuestas de distribución del espacio
dinamiza los procesos de enseñanza y favorece un aprendizaje más significativo"

De una forma u otra, en mi práctica profesional docente utilizo estas cuatro maneras de distribuir el espacio, aunque es complicado hacerlo de una forma dinámica debido al tipo de mobiliario del que disponemos y a la ratio actual de la clase.
Generalmente los alumnos están dispuestos en grupo de 4 ("abrevadero") para facilitar la interacción entre ellos y el aprendizaje cooperativo. Sin embargo, es habitual modificar la distribución del espacio a "hoguera de campamento" cuando debo explicar un tema concreto, o alguno de los alumnos realiza una exposición, o la PDI se convierte en nuestro particular "fuego". De vez en cuando intento que el aula se convierta en ese espacio que favorezca el trabajo individual, con actividades que debe realizar personalmente cada alumno, aunque (salvo el pequeño espacio en el que se encuentra el PC) físicamente no es posible redistribuir a los alumnos y modificar la situación del mobiliario para que cada uno tenga realmente su propia "cueva". Puntualmente, con la realización de experimentos en clase o fuera de ella, así como con las actividades complementarias y extraescolares, se favorece que el alumnado se encuentre en el espacio "vida".

No es extraño que programe actividades en las que los alumnos deban buscar información de forma individualizada ("cueva"), posteriormente tengan que ponerlas en común por equipos para elaborar unas conclusiones ("abrevadero") y que, finalmente, se expongan verbalmente en clase ("hoguera de campamento").

Como ejemplo, una actividad que ya hemos realizado ha sido repartir entre pequeños grupos de alumnos el juego "Story Cubes", para la creación en equipo de una historia, narración o cuento. En esta fase, la distribución del mobiliario en el aula y la disposición de los alumnos es de tipo "abrevadero".


Una vez terminado el trabajo, se modifica la disposición del espacio creando un aula modelo "hoguera de campamento", de forma que cada equipo exponga o represente su trabajo ante los demás. 


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